jueves, julio 02, 2009

Id

En muchas historias se fabrica la imagen del héroe como la de un individuo excepcional con talentos únicos y muchas veces sin defectos. El héroe se convierte, entonces, en la máxima aspiración de un ser humano mentalmente inmaduro; y esto lo digo porque el ser humano maduro acepta sus errores, acepta la realidad y la enfrenta con la única motivación de seguir existiendo con estabilidad. El héroe se sacrifica y acaba incluso con su propia existencia para lograr lo que moralmente es etiquetado como "bien", y terminar con el "mal". El ser humano maduro es egoísta, no por un trastorno mental, sino por naturaleza, por instinto de supervivencia; ser egoísta significa guardar el escaso alimento para consumo propio, significa robar la pareja del otro para asegurar la supervivencia del genoma, significa ignorar las decisiones de la autoridad prepotente para garantizar dormir bajo un techo. Inclusive actitudes que pueden desde el punto de vista moral verse como altruistas en realidad suelen tener un fondo egoísta: actos heroicos que buscan la admiración de los demás, actos de cortesía que apuntan a la conquista del ser amado, incluso actos de sacrificio con el fin de asegurar la supervivencia de la descendencia, y en casos excepcionales, la persistencia de nuestra leyenda en las memorias colectivas de futuras generaciones.

Ahora entenderán el por qué de mi egoísmo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

entonces para que lo explicas, que es lo que buscas al tratar de demostrar que eres egoista... para que todos digan oh es que si tiene razon?

@noeslamisma dijo...

Pinche Luis...y luego dices que yo soy la azotada.