domingo, septiembre 20, 2009

Redespedida

—Cuando subas a tu autobús me envías un mensaje— dijiste con tu típico tono de preocupación—. Me matan los nervios al saber que estarás sólo todo ese camino.

Estaba harto de que trataras de protegerme, de guardarme entre tus brazos a pesar de todo lo que había pasado; fue un verdadero reto ocultar el enfado que sentí después de escuchar esas palabras. Sin embargo mi conciencia entró en juego de nuevo y logré exhalar una respuesta melódica y casi tierna:

—Sí, lo haré— No podía mostrarme explosivo en este momento, sólo quedaba ese pequeño viaje para terminar con esta aventura que me había causado hasta ese momento innumerables dolores de cabeza, finalmente estaría lejos de todo este caos, todas estas locuras que ya no podía soportar por más tiempo.

—Sabes que te extrañaré— dijiste mientras abrías los brazos y te acercabas para abrazarme— pero estaremos juntos de nuevo muy, muy pronto.

—Sí— Respondí con un poco de indiferencia, tratando de separarme —además no estarás sola, podrás salir con Jenny y Mayra y Fabián, y podrás pasarla muy bien.

—No podré vivir mucho tiempo sin ti y tu lo sabes— lloriqueaste aferrándote a mi abrigo.

Desafortunadamente lo sabía, en algo tenías razón. En mis planes jamás se me ocurrió contemplarnos juntos por mucho tiempo, y aunque estos últimos meses habían sido una verdadera tortura para mi razón, creo que yo tampoco podría alejarme de ti para siempre.

—Adiós, amor— Dije mientras me subía al taxi. Y mientras se alejaba de la casa pensé en que era inútil huir, era inútil tratar de tirarte a la basura como una simple experiencia cotidiana. Odié tener que aceptarlo, pero siempre existiría algo que nos mantendría unidos en este infierno en el que nos encantaba vivir.

No hay comentarios.: