Redefinición

De nuevo preguntándome por qué demonios continúo con este blog. Finalmente, cuento con una respuesta mas o menos creíble.
El hecho es que siempre he sentido algo de satisfacción por mi mediocre habilidad de escritura, claro que queda muchísimo por avanzar, y quizás nunca logre tener un talento de suficiente calidad para siquiera pensar en una carrera profesional en el tema, pero me conformo con saber que trato de continuar con la tradición de millones de individuos de plasmar sus ideas y sentimientos en medios más permanentes que incluso la memoria comunitaria de civilizaciones enteras. Ahora, ¿por qué blogger, y no, digamos, un cuaderno (que de hecho tambien escribo ocasionalmente en uno) o una audiograbadora? La verdad es que aunque absolutamente nadie lea esto, el simple hecho de que mis escritos posean un carácter público me motiva a mantener un ritmo más o menos periódico de publicación, y a seguir un estándar de calidad propio.

Es verdad que esto comenzó con un objetivo totalmente distinto que hoy casi me da risa, pero ese objetivo ha ido cambiando a lo largo del tiempo, y hoy agradezco mi inicial motivación a iniciar un blog. Mis lectores sé que no han sido muchos, porque, sinceramente ni a mi me interesa lo que pasa en mi vida, pero se que almenos hay visitantes irregulares que ayudan con su presión moral a mantener esto vivo, como comenté en el parrafo anterior, pero en todo caso se les agradece profundamente perder minutos importantes de su tiempo en leer estas cosas irrelevantes.
Se que se ha hecho una especie de tradición recordarme el objetivo de mi blog cada de vez en cuando, y tambien se que el objetivo que plasmo esta vez probablemente no perdure por mucho tiempo, pero de cierta manera se que estoy comprometido a continuar escribiendo indefinidamente, incluso me atrevo a decir que le he otorgado cierto cariño a mi página, cosa que fortalece aún más ese compromiso. Mmm, ahora que lo pienso, este blog ha sido testimonio importante de los cambios que han sucedido en mí durante los últimos casi tres años, y por lo tanto automáticamente adquiere una importancia científica para el estudio del pensamiento (ja).
Pero bueno, el caso es que me gusta escribir, aunque escriba sobre por qué escribir, y lo más seguro es que escriba por mucho, mucho tiempo más.