jueves, octubre 02, 2008

301.00

Desde los remotos inicios de mi vida he estado colocado en un camino de mucho compromiso y responsabilidad, cosas que no decidí poseer cuando llegué a esta tierra. He sido plagado de metas y de objetivos ajenos a un deseo que pueda llamarse auténtico, sin contaminación alguna por las influencias familiares o sociales. Si bien puede decirse que es imposible no poseer tales influencias, no puedo evitar creer (con un poco de paranoia quizás) que he sido conducido para desarrollarme como una herramienta más de esta organización humana, cuya dirección real es completamente aleatoria, o bien, es controlada por mentes que se esconden del conocimiento público.

Blah, todo esto es irrelevante, por el simple hecho de que si no se siguen estos códigos, es muy difícil o prácticamente imposible sobrevivir, al menos con el estilo de vida al que estamos acostumbrados, y me refiero a las grandes comodidades de la comida accesible y los servicios tan variados y complejos que podemos disfrutar.

Una vida en total autonomía, en total aislamiento, podría ser la respuesta para desatarse de este tipo de sensaciones paranoicas... Lamentablemente, al caer en ese tipo de vida se pierde casi todo estímulo intelectual que pueda motivar a seguir pensando en un por qué a las cosas. Es un laberinto sin salida, o más bien, sin salida con vida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

uy!!!!!!Me gusta mas eçl texto de abajo

Anónimo dijo...

Libertad condicionada?? no creo, quizas no tenemos la libertad que queremos por los limites sociales, eso es cierto... pero cuando restringimos nuestra libertad la compartimos,es decir, hoy yo quiero irme a la montaña pero tu quieres ir al cine, entre la montaña y tú, quiero estar contigo aunque no quiera ir al cine...