martes, diciembre 18, 2007

pulsación

Mis yemas cálidas absorben la energía de tus palabras, escritas desde hace tiempo, en el frío mundo de la correspondencia electrónica. La combinación de los colores que percibo con mi cansada vista reviven la necesidad de calor que hace tiempo olvidé que tenía. Esta sensación, de perfección y a la vez de imperfección, que derrite la coherencia de mis pensamientos. Nunca aprendí a invocar mis sentidos, pero aquí, entre sábanas y cobijas, descubro que sigo alcanzando el éxtasis con movimientos y sonidos que se convierten en vida con un poco de imaginación... No sé que hago aquí... necesito un cigarro.

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