domingo, agosto 14, 2005

Algias reincidentes

De nuevo me reduzco a describir decadencias en mi fortaleza espiritual. Esta vez es diferente. Ya no existen memorias claras; las borré exitosamente como dije que lo haría. Sin embargo, residuos del dolor permanecen inmutables, atacando en momentos inesperados, y muchas veces inoportunos.

Es extraño. Son dolores profundos sin causa aparente. Breves e intensos recordatorios de lo que ahora desconozco. Tal vez mentí al asegurarme que ya tenía todo bajo control. Tal vez las memorias funcionan totalmente independientes del resto de las emociones que aún persisten.

El secreto para la erradicación de este mal esta muy lejos de mi alcance.
Solo puedo resistir como lo he hecho, porque despues de todo, lo peor ha pasado, y ahora estoy mucho, mucho mejor.

Pero... siempre queda algo. Siempre hay una chispa debajo del hielo.

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