miércoles, mayo 03, 2006

Ciencia

Observando cuidadosamente el interior de tus entrañas, encontré algo anormal. Tu vitalidad estaba fuera de control, horrenda, caótica. Tenías un cáncer. El tiempo es poco, y el final es inevitable. Afortunadamente no puedes morir dos veces.


Un simple enunciado que utilizaré como ejemplo para un pseudoanálisis. Aquí utilizo frases cortas, a lo mucho de 7 palabras, frases que aunque trato de cargar con algún tipo de significado emocional; fracaso por carecer de coherencia y seguimiento en el párrafo. Utilizo palabras fuertes: entrañas, horrenda, cáncer; no necesariamente mal empleadas, pero pobres sin un enfoque adecuado del ambiente en el que se presenta la situación planteada. Por último, combino odio con compasión, sentimientos algo opuestos en diversas "escalas" psicológicas.

Integrando lo mencionado, concluyo que: Deseo matarte con golpes fuertes y breves. Espero no sufras. Bueno, ya en serio, creo que el hecho de que la calidad y extensión de mis escritos estén disminuyendo gradualmente se debe a que mis cicatrices finalmente quieren cerrar completamente. Solo quedan algunos focos opacos de rencores que espero desaparezcan pronto.

Por otro lado, comienzo a sentir soledad de nuevo. Eso de andar fantaseando cada 3 minutos ya no es normal, almenos no para mi. Creo que es tiempo para nuevos poemas y nuevas heridas. Mi cuerpo pide nuevamente estar inhundado en neurotransmisores y hormonas; mi mente exige una nueva oportunidad para tratar de controlar aquellos imbalances que denomino emociones. Cosa que por fin creo que está un poco más a mi alcance. Analizaré situaciones y planificaré acciones. Sigo con el ideal firmemente establecido de que todos los sentimientos y sensaciones fueron hechas para experimentarse, sólo deseo llevar eso un paso mas lejos al tratar de razonar cada fracción de cada proceso neural que procese mi cerebro. No solo quiero sentir el amor, quiero tener el amor, quiero hacerlo pedazos y almacenarlo para explotar de él a mi antojo; comprendo que muy probablemente no tenga la capacidad de tener un control absouluto, y tal vez nunca lo tenga, pero me niego a aceptar que tal emoción está invariablemente atada a la presencia o ausencia de otro ser, que igual que yo, resulta insignificante en este universo. Espero algún día poder encontrar la fórmula a esa "droga".

Pienso en locuras? tal vez, pero qué locura sería ser cuerdo en un mundo de locos?