Tu voz resuena en mi mente, erizando mis vellos, cerrando mis cansados párpados, relajando mis tensos músculos... Infartando mi débil corazón e incinerando mi triste alma.
En mi catastrófico estado exhalo desesperadas súplicas; de rodillas y cansado, busco en lo alto tu mirada que me evade.
Sin esperanzas, sin posibilidades y sin energías... sólo espero tocarte una vez más antes de caer en el abismo del que alguna vez me rescataste.
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