Luz, esperanza, vida...
Se despiden de mí,
escupiendo en la herida.
Pasión, calor, ternura...
Antiguos mártires,
convertidos hoy en tortura.
En lo más profundo,
en lo más hostil e inhóspito,
mi existencia en este mundo.
Negro, rancio y podrido,
Terriblemente frío,
así queda el corazón partido.
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