Cuando te vi por primera vez hace ya algunos años, nunca esperé ésto; no lo imaginé ni en sueños, no lo concebí posible.
Jamás hubiera apostado a que un ángel blanco con alas negras robaría mi corazón.
Ahora el caos se ha extinguido, la incertidumbre se ha asfixiado, y mi vida un propósito ha encontrado.